Para algunos, resulta irresistible; para la mayoría, irrenunciable. La conexión a Internet es el complemento sin el cual los smartphones se convierten en \"ladrillos\" del pasado siglo XX. Por otro lado, el acceso a través de wifi se convierte en el complemento necesario para las conexiones limitadas que ofertan la mayoría de operadores telefónicos, cuyos clientes han elegido cuidadosamente entre diferentes fuentes alternativas para no perder velocidad o ahorrar dinero.
Independientemente de las percepciones que se puedan tener sobre el mercado, los datos hablan por sí mismos. Por ejemplo, a la hora de elegir alojamiento en una ciudad, el 86% de los turistas sitúa el wifi libre por encima del desayuno o el parking gratuito entre sus preferencias. En cuanto a consumo, la instalación de un hotspot incrementa el gasto de los clientes en cafetería entre un 25 y un 40%. En el caso concreto de Starbucks, aunque hay clientes que abusan de la conexión, el aumento de tráfico ha propiciado que los ingresos aumenten un 86%.
La conexión wifi, según estas premisas, ejerce una función de reclamo directa sobre los clientes que gustan de este recurso para acompañar su consumición o estancia. Actúa, además, como una función secundaria al evitar directamente los vacíos del local en las primeras horas de apertura. Si hablamos de cafeterías, permite también que los usuarios, ya sea con su portátil, tableta o móvil, aporten al establecimiento un estilo moderno y adaptado a los nuevos tiempos, de forma que el producto o servicio termine por posicionarse en el mercado.
Asimismo, el irresistible poder de atracción de este recurso se convierte en una estrategia comercial de cualquier empresario que quiera establecer una imagen de marca por diferenciación con respecto a su competencia. Ten en cuenta que este aspecto se incrementa si los negocios rivales se hallan en el mismo centro, zona, plaza, calle o barrio.